No solo de paisajes sobrecogedores nos enamora esta parte del mundo. Las aguas termales en Islandia han sido uno de los principales motivos por lo que muchos turistas visitan el país. Quizás el Blue Lagoon se lleve la mayoría de los méritos, pero esta gran piscina alimentada de aguas calentadas por energías geotermales no es el único lugar donde disfrutarlas y lo que es mejor, las aguas termales en Islandia se pueden disfrutar sin desembolsarse ni un sólo euro.
Reykjadalur. Aguas termales en Islandia
Islandia es un país de volcanes y como tal su actividad geotérmica es muy elevada. De hecho esta particularidad es utilizada a su favor habiendo numerosas centrales repartidas por todo el país con el objetivo de ofrecer calefacción a sus habitantes. Un ejemplo es la central de Svartsengi, muy cerquita del famoso Blue Lagoon la cual podemos visitar después de darnos un baño en este turístico lugar. No obstante Blue Lagoon es caro, mas aún tras la alza de los precios en el país y el incipiente turismo norteamericano. No obstante al ser un país grande y lleno de volcanes, existen numerosos puntos donde podemos disfrutar de aguas termales, como es el caso del río que fluye por la ruta de Reykjadalur.
Ruta de Reykjadalur
La ruta de Reykjadalur es un trekking realmente sencillo, apto para niños y donde acaba en un lugar ideal para el baño que además ha sido acondicionado en numerosas partes del río. El inicio se haya a las afueras de la localidad de Hveragerdi, a unos 40 kilómetros de Reikjavík, por tanto es una de las zonas termales mas cercanas de la capital islandesa.
Una vez en Hveragerdi, atravesamos el pueblo por la calle principal hasta tomar una pista de tierra que termina en un pequeño aparcamiento y un puesto de información. El parking es tan chico que tuvimos que dejar el coche tirado en la cuneta porque no había espacio suficiente.
Desde aquí vimos que el sendero era sencillo y aprovechamos a informamos mediante un mapa, justo antes de cruzar un pequeño arroyo por un puente de madera. Tras este ya se podían observar varias fumarolas en la ladera de la montaña y algún grupo de personas haciendo fotografías.
El camino no tenía perdida y era cuestión de subir y subir por un zig zag muy bien construido y que terminaba en lo alto de la colina antes de pasar a otro valle con un paisaje completamente diferente.
En este punto nos cruzamos con un grupo de bicicletas que realizaban una ruta de bajada desde Klambragil, la que al parecer se ha convertido en toda una clásica de los tours contratados en Islandia. Además esta parte del sendero no tenía nada especial hasta que llegamos a un valle de donde bajaba un arroyo de aguas calientes y un montón de fumarolas a sus alrededores.
Es justo en este punto donde las personas que venían a caballo dejaban su transporte y se ponían a caminar. Unos directamente se bañaban en esta parte del camino a pesar de que la temperatura del agua en esta parte era un poquito mas fría y otros preferían esperar un poco mas adelante, justamente en el lugar acondicionado para tal fin.
Por el camino de vez en cuando nos encontrábamos piscinas de barro hirviendo y otras tantas de agua, muchas de ellas bastante peligrosas y a veces impredecibles ya que de vez en cuando salpicaban agua hirviendo a un par de metros a su alrededor.
A veces la parte final del camino se ocultaba por vapor de agua dejándonos a ciegas durante varios minutos. Eso sí, al menos de esas nubes de vapor siempre salíamos calentitos y de vez en cuando con un olorcito a huevo podrido…
Y por fin llegamos a la zona apta para el baño o al menos acondicionada para ello. Desde lejos se veían varios grupos dentro del agua y una especie de paneles al otro lado del sendero para poder cambiarse.
Estos paneles de poco servían porque no estaban del todo tapados por lo que si fueras vergonzoso te podría costar un poco encontrar tu momento de soledad.
Personalmente se me quitaron las ganas de bañarme y no porque el agua estuviera en su temperatura perfecta sino porque había muy poca profundidad y las mejores zonas ya estaban prácticamente ocupadas.
Decidí continuar el camino mas arriba sin suerte. Allí el agua está extremadamente caliente y meter un pié en al agua es sinónimo de quemadura segura.
Lo mejor de todo es que en esta parte del río se veía fluir el agua desde diversos agujeros a gran velocidad y con una temperatura elevadísima, habiendo en algunos puntos incluso geysers en miniatura.
Llegado a este punto no tuve mas remedio que volver por donde había venido al ser una ruta completamente lineal. Al menos tuve la oportunidad de ver varios craters, o mas bien lo que quedaba de ellos tras fuertes explosiones.
Con las prisas que llevaba apenas toqué el agua pero a buen seguro que los amantes de las aguas termales hubieran disfrutado mucho mas que yo. Soy mas de rutas de alta montaña como la de Kristínartindar, aún así con esta ruta me lo pasé en grande.
Datos prácticos. Reykjadalur, donde disfrutar gratis de aguas termales en Islandia
¿Cuando ir?
Es una zona en una altitud bastante baja por tanto se puede visitar desde principios de Mayo hasta finales de Octubre sin problemas. Es ideal para incluirlo en una ruta de dos semanas por Islandia.
¿Cómo llegar?
Desde Reykjavík tomamos la ring road en dirección a Selfoss, parándonos en la localidad de Hveragerdi. Desde aquí cruzamos el pueblo hasta el final tomando una pista de tierra indicado hacía los «Hot Springs», donde termina en un aparcamiento.
¿Qué llevar?
La ruta es muy sencilla y no requiere de grandes medios. Simplemente llevate un chubasquero o paraguas, algo de comida por si quieres hacer una parada, bañador toalla, un picnic y poco mas.
¿Donde dormir?
En la zona hay varios hoteles y sobre todo GuestHouses. Algunos de los alojamientos que podéis encontrar por Hveragerdi son los siguientes :
- Hotel Örk : una de las opcionas mas elegantes de la zona, con gran capacidad y con piscina privada.
- Varmi Guesthouse : apartamentos con cocina, internet y desayuno incluido.
- Iceland’s Guesthouse : una de las opciones «económicas» de la zona y con muy buena presencia.